Mother, do you think they'll drop the bomb?
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Mother, do you think they'll drop the bomb?
Preámbulo: "Para los que se creen que Stalin o Hitler eran admirables, que vienen de raticulín, que los campos de exterminio nazis o los gulgags eran sólo para los que "se lo merecían", que si soplas fuerte contra el suelo sales volando... y otras ideas equivalentes."
Chu-lín y Taka-taka
Hacía frío esa mañana. El rio Ota siempre refrescaba las mañanas con el rocío recogido desde las cercanías de los montes Chugoku. Pero no habría escarcha que enfriara las ilusiones de Chu-lín esa mañana: presentaría su trabajo nada más llegar a la escuela. Su profesor, Taka-taka, le había encargado leer una redacción sobre el malvado Stalin, que tantas privaciones estaba ocasionando a los compatriotas de Chu-lín. Una redacción sobre Stalin y sobre Hitler, porque a Taka-taka tampoco le gustaba Hitler, aunque el Emperador -al que nunca se le puede mirar a los ojos- había firmado un pacto con este último.
Para Taka-taka Hitler era tan malvado como Stalin. Taka-taka era un revolucionario, y oponerse a las directrices del Emperador puede que algún día le saliera muy caro, pero Chu-lín admiraba a Taka-taka, admiraba que tuviera ideas propias, que no hiciera distinciones entre dictadores, entre asesinos en masa, entre terroristas sociales. Seguro que Taka-taka le pondría un diez cuando escuchara su redacción, y le daría como premio un boll de arroz con bambú, algo tan preciado en estos días de escasez y dolor. Chu-lín lo compartiría con Taka-taka. Taka-taka era el héroe de Chu-lín.
La escuela ya se divisaba cercana y Chu-lín apretó el paso. De repente, le pareció oír un zumbido apagado muy arriba en el cielo. Alzó los ojos y observó un gran avión de varios motores que se acercaba por el este. Dejó caer un punto oscuro, y Chu-lín pensó que la bomba caería lejos de la escuela. Esas bombas ya las conocía Chu-lín: hacían mucho ruido, pero apenas dañaban más de 100 metros a la redonda.
Pero esta vez no. Esta vez Chu-lín estaba equivocado. Esta vez se trataba de la bomba negra, de la bomba del fuego abrasador, de la bomba del color de la muerte, de la bomba del hongo del infierno. Esta vez los malvados Hitler y Stalin tendrían que esperar mejor ocasión...
Chu-lín y Taka-taka
Hacía frío esa mañana. El rio Ota siempre refrescaba las mañanas con el rocío recogido desde las cercanías de los montes Chugoku. Pero no habría escarcha que enfriara las ilusiones de Chu-lín esa mañana: presentaría su trabajo nada más llegar a la escuela. Su profesor, Taka-taka, le había encargado leer una redacción sobre el malvado Stalin, que tantas privaciones estaba ocasionando a los compatriotas de Chu-lín. Una redacción sobre Stalin y sobre Hitler, porque a Taka-taka tampoco le gustaba Hitler, aunque el Emperador -al que nunca se le puede mirar a los ojos- había firmado un pacto con este último.
Para Taka-taka Hitler era tan malvado como Stalin. Taka-taka era un revolucionario, y oponerse a las directrices del Emperador puede que algún día le saliera muy caro, pero Chu-lín admiraba a Taka-taka, admiraba que tuviera ideas propias, que no hiciera distinciones entre dictadores, entre asesinos en masa, entre terroristas sociales. Seguro que Taka-taka le pondría un diez cuando escuchara su redacción, y le daría como premio un boll de arroz con bambú, algo tan preciado en estos días de escasez y dolor. Chu-lín lo compartiría con Taka-taka. Taka-taka era el héroe de Chu-lín.
La escuela ya se divisaba cercana y Chu-lín apretó el paso. De repente, le pareció oír un zumbido apagado muy arriba en el cielo. Alzó los ojos y observó un gran avión de varios motores que se acercaba por el este. Dejó caer un punto oscuro, y Chu-lín pensó que la bomba caería lejos de la escuela. Esas bombas ya las conocía Chu-lín: hacían mucho ruido, pero apenas dañaban más de 100 metros a la redonda.
Pero esta vez no. Esta vez Chu-lín estaba equivocado. Esta vez se trataba de la bomba negra, de la bomba del fuego abrasador, de la bomba del color de la muerte, de la bomba del hongo del infierno. Esta vez los malvados Hitler y Stalin tendrían que esperar mejor ocasión...
D. Nadie- Invitado
Re: Mother, do you think they'll drop the bomb?
D. Nadie escribió:Preámbulo: "Para los que se creen que Stalin o Hitler eran admirables, que vienen de raticulín, que los campos de exterminio nazis o los gulgags eran sólo para los que "se lo merecían", que si soplas fuerte contra el suelo sales volando... y otras ideas equivalentes."
Chu-lín y Taka-taka
Hacía frío esa mañana. El rio Ota siempre refrescaba las mañanas con el rocío recogido desde las cercanías de los montes Chugoku. Pero no habría escarcha que enfriara las ilusiones de Chu-lín esa mañana: presentaría su trabajo nada más llegar a la escuela. Su profesor, Taka-taka, le había encargado leer una redacción sobre el malvado Stalin, que tantas privaciones estaba ocasionando a los compatriotas de Chu-lín. Una redacción sobre Stalin y sobre Hitler, porque a Taka-taka tampoco le gustaba Hitler, aunque el Emperador -al que nunca se le puede mirar a los ojos- había firmado un pacto con este último.
Para Taka-taka Hitler era tan malvado como Stalin. Taka-taka era un revolucionario, y oponerse a las directrices del Emperador puede que algún día le saliera muy caro, pero Chu-lín admiraba a Taka-taka, admiraba que tuviera ideas propias, que no hiciera distinciones entre dictadores, entre asesinos en masa, entre terroristas sociales. Seguro que Taka-taka le pondría un diez cuando escuchara su redacción, y le daría como premio un boll de arroz con bambú, algo tan preciado en estos días de escasez y dolor. Chu-lín lo compartiría con Taka-taka. Taka-taka era el héroe de Chu-lín.
La escuela ya se divisaba cercana y Chu-lín apretó el paso. De repente, le pareció oír un zumbido apagado muy arriba en el cielo. Alzó los ojos y observó un gran avión de varios motores que se acercaba por el este. Dejó caer un punto oscuro, y Chu-lín pensó que la bomba caería lejos de la escuela. Esas bombas ya las conocía Chu-lín: hacían mucho ruido, pero apenas dañaban más de 100 metros a la redonda.
Pero esta vez no. Esta vez Chu-lín estaba equivocado. Esta vez se trataba de la bomba negra, de la bomba del fuego abrasador, de la bomba del color de la muerte, de la bomba del hongo del infierno. Esta vez los malvados Hitler y Stalin tendrían que esperar mejor ocasión...
como sabes lo que gusta.
Simplemente genial
Re: Mother, do you think they'll drop the bomb?
No me hagas la pelota, que no va a colar, Taka-taka...
D. Nadie- Invitado
Re: Mother, do you think they'll drop the bomb?
Francisco, te lo digo muy en serio: haz el puto favor de devolver mi mensaje al cuarto oscuro gay, al jodido guetto de los leprosos, al pabellón de los tarados. ¿Porque eres administrador crees que ya puedes poner o quitar etiquetas a la gente a tu antojo y albedrío? De ahí a preguntarte sobre la raza de cada cual va sólo un pasito ario, Francisquín, que lo sepas...
D. Nadie- Invitado
Re: Mother, do you think they'll drop the bomb?
Además, creo que no has entendido el sentido del mensaje (una constante de mi vida: la incomprensión): estoy defendiendo a Hitler y Stalin. Por comparación, pero defendiéndoles al fin y al cabo. Su mayor delito: el primero, perder la guerra; el segundo, morirse y dejar el puesto vitalicio.
Conclusión: el mensaje debe ser devuelto a la mazmorra.
Conclusión: el mensaje debe ser devuelto a la mazmorra.
D. Nadie- Invitado
Re: Mother, do you think they'll drop the bomb?
D. Nadie escribió:Además, creo que no has entendido el sentido del mensaje (una constante de mi vida: la incomprensión): estoy defendiendo a Hitler y Stalin. Por comparación, pero defendiéndoles al fin y al cabo. Su mayor delito: el primero, perder la guerra; el segundo, morirse y dejar el puesto vitalicio.
Conclusión: el mensaje debe ser devuelto a la mazmorra.
Lo he entendido perfectamente y coincido con él plenamente, por eso no puede estar en la sección de estúpidos y frikis chungos. Como has añadido alguna palabra malsonante, lo máximo que puedo hacer es mandarlo a la mazmorra pero a la sección de malhablados, y lo hago unicamente para satisfacer tus deseos.
Última edición por Francisco el Sáb Ago 28, 2010 8:58 am, editado 1 vez
Re: Mother, do you think they'll drop the bomb?
¿Que te juegas a que ahora te pido que lo vuelvas a dejar en la zona noble?
D. Nadie- Invitado
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